sábado, julio 09, 2016

Después del último ocaso


                                                        Imagen sacada de la web


Fui consciente de tu pérdida. Después del último ocaso.
Pertenecías al viento y al agua
y yo era tierra rojiza.
Hablablas lenguas extrañas
mientras las mías, sin artificios,
luchaban por imponerse
en tus raíces.
Yo era calor y poesía,
tú furia y tempestad.

Yo te hacía el amor
con mis ojos y mis manos,
tú me cogías y te derramabas en mi ser
sólo por pura necesidad.

Fui un invento tuyo 
para saciar tu sed
y yo seguía mendigando
una caricia que contentase
las llagas que provocabas en mi vientre.
Fui pequeña, soñadora a pesar de todo.
Fui invierno cuando sólo quería
un verano que calentase mis pechos.
Fui oscuridad gracias a ti.
Ahora, después del último ocaso
ya no me perteneces.
Y no me importa.



6 comentarios:

  1. El era invierno, pero tu eres primavera...Al final la vida siempre vence...

    Paz y Belleza

    Isaac

    ResponderEliminar
  2. El era invierno, pero tu eres primavera...Al final la vida siempre vence...

    Paz y Belleza

    Isaac

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, la vida siempre se abre paso. Muchas gracias.
      un abrazo.

      Eliminar
  3. Profundos versos!
    Siempre habrá un nuevo amanecer...
    amanecer y ocaso son hijos de un mismo fuego.
    abrazos querida Mariola.

    ResponderEliminar
  4. Ciertamente. Gracias por pasarte, Adriana.
    un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  5. E que mellor pertenencia que unha lingua sin artificios, o calor e a poesía, as raíces.

    Emociona a leitura deste poema, Mariola, precioso!
    Bicos

    ResponderEliminar