domingo, enero 16, 2011

Después del infortunio.


                                           "El sueño de la razón produce monstruos" de Goya



Llovían cataratas amargas mientras el cielo plomizo ahuyentaba todo vestigio de resistencia al refugio.

Fui cautivador de la nada y en nada me convertí después del inofortunio.

Atrapé sombras y deslicé sombras bajo el colchón mullido de mi cama (más tarde me valdrían para hacer acopio de mis fuerzas)


-Creí por un momento mantener un orden explícito en la percepción del equilibrio de la vida-


Comenzó el desatino ronroneando a escasos metros de mi cabeza.

Baila! me decía con la boca pequeña y oscura.

Baila para mí!

Fue mucho después, cuando la desmesurada impacienia de las palabras por salir a borbotones de mi garganta cautivaba mis oídos dando paso a una esquizofrenia insondable.

Ya no me pude resistir.

Precisamente ahora, cuando parecía estar todo bajo control y el médico me aseguraba una buena salud mental.

Precisamente ahora, cuando la fortuna llenaba mis arcas de forma inesperada y me aseguraba una buena posición económica.

Pienso que no tuve alternativa en elegir el mundo de las sombras.


Pero aún esperé unas horas mientras el solsticio de invierno soplaba bajo el colchón mullido de mi cama.