jueves, mayo 11, 2017

El día en que Eriko se hizo visible

 
 
                                                          Imagen de Lady Sybile
 
 
La volvía loca. Su piel fina y sedosa, virginal. Sus pechos túrgidos y blancos como la harina más pura. El aroma a fresa que deprendía su boca rosada. Sus ojos rasgados, la profunda mirada. La curvatura de sus nalgas firmes. Los pies pequeños de geisha. Un  pubis aterciopelado  como piel de albaricoque. Su nombe, que le advertía de una belleza inusual: " Katsumi".
Eriko adoraba la elocuencia de su habla, más aún cuando recitaba aquellos textos sagrados debajo de los almendros. Suspiraba por ella a cada minuto y a cada instante la observaba presa de un febril enamoramiento.
Pero Katsumi no sospechaba nada. Se antojaba distante y fría como los ríos que sorteaban el bosque en invierno. Parecía que no la viese cuando ella se acercaba con el té a media tarde, o cuando le preparaba un baño de sales al anochecer. Tampoco presentía el ardor de Eriko cuando le lavaba la espalda con sumo cuidado acarciándole cada vértebra. Ella, simplemente entraba en éxtasis con el contacrto del agua tibia. Y comenzaba a entrecerrar los ojos para vislumbrar  su propio futuro en manos de alguien que supiera erizarle la vida. Sin embargo, una de esas noches estrelladas algo cambió. Eriko estaba de espaldas a la ventana entreabierta, mientras Katsumi tomaba su baño como de costumbre, cuando la  estrella Vega iluminó el pelo sedoso de Eriko y ella se volvió mirándola con sus ojos color ámbar. Sus facciones  le parecieron a Katsumi sorprendentemente  hermosas- deseables- enigmáticas, y no pudo reprimir el ansia con que su mano iba acariciando con premura el escote de la servicial doncella.