Imagen sacada de la web
Fui consciente de tu pérdida. Después
del último ocaso.
Pertenecías al viento y al agua
y yo era tierra rojiza.
Hablablas lenguas extrañas
mientras las mías, sin artificios,
luchaban por imponerse
en tus raíces.
Yo era calor y poesía,
tú furia y tempestad.
Yo te hacía el amor
con mis ojos y mis manos,
tú me cogías y te derramabas en mi ser
sólo por pura necesidad.
Fui un invento tuyo
para saciar tu sed
y yo seguía mendigando
una caricia que contentase
las llagas que provocabas en mi vientre.
Fui pequeña, soñadora a pesar de todo.
Fui invierno cuando sólo quería
un verano que calentase mis pechos.
Fui oscuridad gracias a ti.
Ahora, después del último ocaso
ya no me perteneces.
Y no me importa.
Pertenecías al viento y al agua
y yo era tierra rojiza.
Hablablas lenguas extrañas
mientras las mías, sin artificios,
luchaban por imponerse
en tus raíces.
Yo era calor y poesía,
tú furia y tempestad.
Yo te hacía el amor
con mis ojos y mis manos,
tú me cogías y te derramabas en mi ser
sólo por pura necesidad.
Fui un invento tuyo
para saciar tu sed
y yo seguía mendigando
una caricia que contentase
las llagas que provocabas en mi vientre.
Fui pequeña, soñadora a pesar de todo.
Fui invierno cuando sólo quería
un verano que calentase mis pechos.
Fui oscuridad gracias a ti.
Ahora, después del último ocaso
ya no me perteneces.
Y no me importa.
El era invierno, pero tu eres primavera...Al final la vida siempre vence...
ResponderEliminarPaz y Belleza
Isaac
El era invierno, pero tu eres primavera...Al final la vida siempre vence...
ResponderEliminarPaz y Belleza
Isaac
Sí, la vida siempre se abre paso. Muchas gracias.
Eliminarun abrazo.
Profundos versos!
ResponderEliminarSiempre habrá un nuevo amanecer...
amanecer y ocaso son hijos de un mismo fuego.
abrazos querida Mariola.
Ciertamente. Gracias por pasarte, Adriana.
ResponderEliminarun fuerte abrazo.
E que mellor pertenencia que unha lingua sin artificios, o calor e a poesía, as raíces.
ResponderEliminarEmociona a leitura deste poema, Mariola, precioso!
Bicos