Ilustración Nicoletta Ceccoli
En otra vida fui pez. Lo sé porque cuando me sumerjo en la bañera unas pequeñas branquias asoman a ambos lados de mi cabeza.
Y respiro.
Me inundo de otra vida que fue la mía hace miles de años.
Permanezco en el agua hasta que mis piernas comienzan a tomar un leve color plateado y como por arte de magia se transforman en una cola de sirena.
La acaricio con ambas manos y me procura un sustento que tenía olvidado: transformarme en la ninfa de tus ojos.
Y caigo en un mar de burbujas y ensueño.
Mudo mi piel por otra cubierta de escamas.
Y soy una mujer libre.
Sí.